Realidad monocromática.

Tuve que abrir mis alas por mi misma, para volar por primera vez.
Tuve que abrir los ojos a la fuerza, para ver esta realidad.
Esta realidad donde no hay ni azul, ni rojo, ni naranja, ni rosado.
Entonces les digo a todos: "Bienvenidos a mi realidad monocromática"
Donde los arboles crecen blancos y al revés.
Si miras el cielo a la mañana, esta teñido con el mismo tinte que a la noche.
En primavera, cuando antes veía una pintura en vivas acuarelas,
veo un dibujo a mano alzada con lápiz y papel.
Como si fuéramos caricaturas en borrador esperando que el pincel nos bañe en colores.
Todos tenemos ojos negros con brillos blancos que no delatan vida precisamente.
Y cuando llueve, no puedo decir que floto en un aire grisáceo y pesado.
Porque mi aire siempre es así.
¡Bienvenidos a mi realidad monocromática! - Vuelvo a decir
Donde ver al sol no quema los ojos,
pues el amarillo que antes lo llenaba, se convirtió en gris opaco.
Aquí las mariposas nacen con una ala diferente a la otra, pero algo tienen en común:
Una mancha negra, una blanca, y un poco de gris en forma de gota.
¿Cómo será el arociris acá, en estas tierras?
¿Será como cuando sacamos fotos en blanco y negro,
o simplemente sus colores se habrán evaporado y desaparecido en la inmensidad del Universo cambiante? Aún no he visto ninguno.

Me quedo parada frente a toda la multitud que escucha como presento mi lugar para vivir.
Se me fueron las palabras y no se que mas decir.
Se escucha que alguno tose y que otro murmura. No parecen convencidos.
Sonrío y muestro mis dientes blancos. Bien blancos.
Digo eufórica: ¡Bienvenidos a mi realidad monocromática!.
Pero a la falta de una respuesta, un mar pesado de dudas inunda mi cabeza por dentro.
¿Será real -valga la rebundancia- mi realidad monocrómatica?