Vergüenza.
Sentí total vergüenza cuando nuestras miradas se encontraron apuradas en la avenida.Y cuando me di vuelta para mirarte de nuevo, no pude evitar sonreír cuando vi que hacías lo mismo que yo. Me espiabas.
Llegué a casa. Tu cara nueva, extraña, aún permanecía en mis pensamientos.
¿Amor a primera vista? No lo se.
Las supuestas mariposas que debían estar en mi estómago, revoloteaban en mi cabeza impidiéndome pensar. Y en mi panza, las letras y palabras se amontonaban como pensamientos sin destino.
¿Qué iba a hacer yo ahora? No sabía tu nombre, ni tu dirección. No sabía nada.
La vergüenza aún tapaba mi cara, como escondiéndola.
Las palabras seguían amontonándose, y las mariposas confundiéndome.
Tal vez salga a buscarte de nuevo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario