Ya está. No queda nada. El viento se llevo las últimas fotos que tenia con vos. Los recuerdos gastados se hundieron en el mar. Y las risas que solíamos dibujar juntos se borraron de mi memoria... y de la tuya seguramente también.
¿Recordás ese cuaderno en forma de corazón que llenábamos de palabras de afecto cada día? Sus hojas en tonos amarillos descansan en alguna parte del mundo lejana a mi. Tal vez en cenizas.
Hice bollos las postales que me mandabas mientras viajabas. Palabras vacías que al leerlas abren una herida que creí cerrada.
Partituras describiendo nuestro amor. Melodías alegres en aquel momento. Melancólicas ahora. Una vez más el tiempo no es mi amigo y tengo que vencerlo junto con el olvido.
¿Podré? En un recoveco de tu corazón aún se tiñe una foto de los dos. Pero cada día se hace más gris... Cada día se hace más gris y no puedo evitarlo.
No quiero evitarlo.
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