De salir con mis amigos, de reirme. De hacer videos graciosos. De grabar canciones.
Tengo ganas de aprovechar cada oportunidad que se me cruce. No quiero arrepentirme de nada... al menos por una vez quiero saber que valió la pena lo que decidí.
Ahora que empiezo las clases y me doy un poco mas de cuenta que el tiempo de verdad pasa, es como que siento que empieza el año. Y quiero que las personas que lo marquen valgan la pena y me saquen una sonrisa a final de cuentas.
No más que eso. No tengo más ganas de dramas y llantos. No. A este año le voy a sacar jugo(?) JAJA
♦
Flaco y alto. Si lo veías en una foto no te capturaba. Pero si te lo cruzabas en la calle y notabas su forma rítmica de caminar, no podías sacarle los ojos de encima.
Su cabello quieto en los retratos. ¿En la realidad? Ondeando como si nadando en un mar musical.
Una mirada perdida y brillosa notaba algo de locura extraterrestre. Ojeras de escritor consternado y atado a su heredada maquina de escribir.
No me acuerdo su nombre porque nunca me lo dijo. Nos presentamos:
-Hola, soy Dana
-Hola, yo soy.
El estaba feliz de ser y de existir. Se divertía con tan solo caminar y fingia un cierto perfume a alcohol hechando vodka a su ropa.
Los zapatos viejos que siempre usaba no habían perdido el brillo aún y su piel delataba no más de tres décadas.
Vivía en una melancolía aislada que a veces se disimulaba con felicidad natural. No era nada más que esa alegría innata que todos llevan con sigo pero que solo algunos saben mostrarla.
A veces un sombrero a lo Chaplin pero nunca un bastón innecesario y repetido.
Original y andante. Con ese aire ebrio que embebía a quien lo cruzara.
Quizás ahora esté tomando en algún bar extranjero, nunca más lo vi pero recuerdo cada detalle único que lo hacía simplemente ser.
Su cabello quieto en los retratos. ¿En la realidad? Ondeando como si nadando en un mar musical.
Una mirada perdida y brillosa notaba algo de locura extraterrestre. Ojeras de escritor consternado y atado a su heredada maquina de escribir.
No me acuerdo su nombre porque nunca me lo dijo. Nos presentamos:
-Hola, soy Dana
-Hola, yo soy.
El estaba feliz de ser y de existir. Se divertía con tan solo caminar y fingia un cierto perfume a alcohol hechando vodka a su ropa.
Los zapatos viejos que siempre usaba no habían perdido el brillo aún y su piel delataba no más de tres décadas.
Vivía en una melancolía aislada que a veces se disimulaba con felicidad natural. No era nada más que esa alegría innata que todos llevan con sigo pero que solo algunos saben mostrarla.
A veces un sombrero a lo Chaplin pero nunca un bastón innecesario y repetido.
Original y andante. Con ese aire ebrio que embebía a quien lo cruzara.
Quizás ahora esté tomando en algún bar extranjero, nunca más lo vi pero recuerdo cada detalle único que lo hacía simplemente ser.
me encanta!!
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