Te vuelvo a extrañar. Es casi como una necesidad de llenar ese espacio vacío que dejaste y que no pensé que iba a ser tan amplio y tan poco atractivo.
Es un patio de cemento que se extiende liso y recto con lineas geométricas que expresan tiempo. Tiempo que pasa y que mueve agujas de relojes sin pedirme permiso.
Pensé, pensaba, que aunque tu ausencia siguiera en pie yo podría estarlo también. Peor aún se fueron dando los recuerdos hoy a la tarde que llegué a tal punto de querer volver a la almohada que ya estaba seca de lo salado nocturno. Si, esos caprichos lagrimeantes que llevaban tu cara grabada.
No se si siento todo esto o no. Todo es demasiado raro y cuando escribo me parece que estoy exagerando. Pero si no lo plasmo, me da la sensación de estar dándole menos importancia de la que merece. ¿Cómo encontrar un punto medio?
O te extraño a vos y a todo lo que implicaba formar parte de tu vida y que vos formes parte de la mía... o hacer como que nada pasó, con cara de papel y gestos incoloros.
Ambas tristes. Ambos extremos, quizás. Pero de todos modos, vos estas allá y yo sigo acá.
u.u
ResponderEliminara veces extrañamos sin haber tenido contacto con esa persona...
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