Llamás al ascensor y mientras bajas te mirás en el espejo con los ojos agrietándose en aguas agitadas.
Afuera también llueve y pasando la recepción te acordás que te olvidaste el paraguas en el hospital.
Sé que te sentarías en las escaleras bajo el techo a esperar que la lluvia pase pero es de noche y en casa te esperan para cenar las sobras de ayer. Él no las va a calentar así que corrés hasta la parada del colectivo que está a dos cuadras.
Como una ruleta rusa vas saltando de baldosa en baldosa esperando que no esté floja. Pero la suerte no te acompaña y ya arriba del 65 sentís cómo el agua sucia se empieza a secar dentro de las medias dejando solo tierra.
Sé que te sentarías en las escaleras bajo el techo a esperar que la lluvia pase pero es de noche y en casa te esperan para cenar las sobras de ayer. Él no las va a calentar así que corrés hasta la parada del colectivo que está a dos cuadras.
Como una ruleta rusa vas saltando de baldosa en baldosa esperando que no esté floja. Pero la suerte no te acompaña y ya arriba del 65 sentís cómo el agua sucia se empieza a secar dentro de las medias dejando solo tierra.
Microondas. La cena está lista y él te mira con la boca llena mientras te secás los pies en el baño. Sabés que te está mirando y cuando le buscás los ojos, él corre la mirada para escapar. Se refleja la televisión en sus pupilas, completamente en mute porque el reloj marca las 2:00 am y las paredes son tan finas como el papel.
Volvés a la mesa pero ya no queda casi nada, le servís lo último en su plato y te hacés un omelette. El olor queda toda la noche porque si abrís la ventana se mojan los libros.
Dormida, él se te une con un abrazo a la fuerza porque la cama es de una plaza. No hay espacio para no quererse hasta que suena el despertador y hoy te veo con otro vestido. Casi tan lindo como el de ayer.
Me saludás con un beso a la distancia pero huelo tu perfume como si yo fuera quien te abrazó toda la noche.
Como si te hubiera esperado con la cena caliente servida por igual en ambos platos. Como si te hubiera secado los pies con mi toalla mientras me regalabas una sonrisa tímida para abrazarte a propósito toda la noche. Toda la noche.
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