Infinito.

El conocía al mar como su primer amor.
Pensaba que sus olas esmeraldas eran infinitas,
pero un día se dio cuenta que lo unico infinito
eran las vueltas que daba por el mundo.
El agua celeste reflejo del cielo tenía un comienzo.
También un final.
Era como un camino de ladrillos azules oscuros
que terminaba recto en algún fin del mundo.
Inspirado por el sol de la mañana, el marinero unió el comienzo y el final.
Los ató con velas y sogas que había en su nave,
y cerró un circulo de aguas tormentosas.
Entonces vivió navegando en su infinidad.
Satisfecho el marinero por amar lo infinito.