Veo la ola grande cuando todavía esta extrañando llegar a la orilla.
Veo que sus colores varían y vuelan mezclandose. Azul, verde, y a veces fuxia.
Esa ola que parece agua oceánica lejana es un golpe de avance.
Me está buscando a mi enterrada en la arena. Mis pies no se pueden mover, pero tampoco quieren hacerlo.
Es un tsunami de emociones y cambios de vida. No pretendo escapar ni gritar. Es un destino que puedo cambiar pero que no hace falta evadir.
A veces, cuando la cabeza te da vueltas no te importa si las palabras salen solas y rompen lo que ya estaba armado. Pero ahora estoy quieta y tranquila esperando el agua. Y después el fuego.
El incendio cálido no va a pasar desapercibido esta vez. Las ganas de jugar con fuego son demasiado obvias.
La ola se acerca cada vez más y siento la humedad fría. Pero atrás veo el reflejo rojo de las llamas que crecen...
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