Bienvenidos a Energía en Movimiento. Un multi-espacio de música, palabras y la vida misma en si.
No hay mapa del sitio que valga. Es una página para revisar y descubrir. Enjoy ♥

miércoles, 14 de enero de 2015

Eco

Eco tiene muy cuidado su jardín de flores.
Todas las mañanas y todas las noches les habla a cada una de ellas.
Les cuenta sus secretos, les comparte risas y lamentos.

Cada vez que ellas lo necesitan, Eco las riega con sus lágrimas.
Llora por sus errores, por aquello que lo atormenta en el presente y por sus miedos del futuro.
Caen las gotas saladas y se pierden entre tierra y raices.

Uno pensaría que las flores estarían grises de tanto dolor que cargan las lágrimas de Eco,
pero es que no son de dolor sino de libertad.
Eco llora porque sabe que las flores se llevan su sufrimiento para convertirlo en vida.

Un corazón roto le da fuerzas a las acacias en el invierno.
Se fue mamá y las margaritas tienen sus pétalos más blancos y puros que nunca.
No hay nada en el horizonte pero los tulipanes alzan sus tallos para ver más allá.

Eco no se siente mal por llorar.
A su jardín le regala el placer de acompañarlo en la cura de todo lo malo que le pueda pasar. Llora Eco, llora pero ríe.

jueves, 8 de enero de 2015

Naima

Le vi el vacío en los ojos. Vi a través del cristal de sus lágrimas que el iris había perdido el brillo y estaba ausente la Naima de siempre. ¿Qué decirle a alguien que se siente así? Se que ninguna palabra que salga de mi boca va a solucionarle la vida pero ella espera eso.
Yo quiero abrazarla y decirle que todo pasa pero se que por dentro va a estar pensando que soy una ingenua y que no la entiendo. Ay Naima si supieras que todos estuvieron alguna vez en tus zapatos y pudieron seguir con sus vidas.
Me describe con lujo de detalle como se le va el aire del pecho cuando repasa los hechos en su cabeza. Como se le enfrían las manos pero siente calor en el resto del cuerpo.
Parece que todo me pasa a mi cuando me lo cuenta porque Naima siempre tuvo esa capacidad de plasmar en palabras lo que nadie más puede.
Si, definitivamente le tomo las manos y yo también siento el frío.

Y ahora que ella suelta todo lo que tenía guardado yo soy la que se queda sin aire. 
En este mismo momento siento como si alguien se sentara en mi pecho mientras me mira fijo en los ojos esperando algún tipo de reacción pero es imposible moverme.
Te entiendo Nai, te juro que te entiendo y me gustaría poder ayudarte pero lo único que puedo hacer es abrazarte y dejar que pienses que soy una ingenua.

Te voy a hablar de ropa, de viajes, de cosas que no nos importan pero que nos distraen. Te voy a llevar a pasear por el parque para que las sombras de los árboles te sequen las lágrimas.
Y te voy a repetir una y mil veces que te hagas amiga del tiempo porque Naima, creeme, el tiempo se encarga minuciosamente de curar heridas y borrar memorias.

martes, 30 de diciembre de 2014

Ay India pobrecita.

India, ¿Cuántas veces te dije que tengas cuidado con esa piedra? India yo te dije pero no me escuchás. O me escuchás pero no me haces caso.
Pensé que habías entendido. Actuabas como si ya supieras que esa piedra estaba ahí y que de ahí no se movería. Vos tenes que caminar por otro lado y acostumbrarte.
India venías bien tomando el sendero del bosque. Te veía mover las piernas hasta adentrarte tan profundo en la oscuridad que hasta dudaba de si vos misma te sentías entre los arboles.
¿Pero que pasó?
Seguro seguiste un pájaro que cruzaba con sus colores el cielo. O uno de esos animales salvajes que yo no reconozco pero que a vos te llaman tanto.
Y lo seguiste hasta el borde de la espesura verde azulada donde ya los troncos son abrazables y las copas no dan tanta sombra. Lo viste desde el borde con un pie ya casi afuera y el brillo que dispararon tus pupilas te hicieron dar ese paso en falso para tropezarte con la piedra.
Ay India pobrecita. Yo te veo llorar mientras te agarrás el tobillo pero no te voy a besar los pies porque besaría tus errores y no quiero ser cómplice.
Igual ya te veo. Creo que vas entendiendo y sellando en tu memoria y en tu piel rasgada que esa piedra no va a ningún lado. Quieta ahí.
India, ¿Cuántas veces te dije que tengas cuidado con esa piedra?


sábado, 20 de diciembre de 2014

Libelula

Hay libelulas en el cielo, planeando cerca del pavimento y subiendo de a poquito para estar cerca de las nubes que ya casi se ponen a llorar.
El aire está pesado, humedo y caliente. Se pegotea tu mirada sobre mi que me imagina quieta en el espacio aunque yo me muevo mas que nunca.
Hay una libelula herida que cae al suelo y las demas la ignoran. El choque de nubes retumba entre los edificios y se larga la tormenta.
Las gotas de cristal estallan contra sus alas y la abrazan hasta el sueño mas profundo.


lunes, 3 de noviembre de 2014

Soñando despierto

Cuando cerraste la puerta después de un beso a la distancia empecé a imaginarme como seguía el sonido de tus zapatos chocando la cerámica del pasillo.
Llamás al ascensor y mientras bajas te mirás en el espejo con los ojos agrietándose en aguas agitadas.
Afuera también llueve y pasando la recepción te acordás que te olvidaste el paraguas en el hospital.
Sé que te sentarías en las escaleras bajo el techo a esperar que la lluvia pase pero es de noche y en casa te esperan para cenar las sobras de ayer. Él no las va a calentar así que corrés hasta la parada del colectivo que está a dos cuadras.
Como una ruleta rusa vas saltando de baldosa en baldosa esperando que no esté floja. Pero la suerte no te acompaña y ya arriba del 65 sentís cómo el agua sucia se empieza a secar dentro de las medias dejando solo tierra.
Microondas. La cena está lista y él te mira con la boca llena mientras te secás los pies en el baño. Sabés que te está mirando y cuando le buscás los ojos, él corre la mirada para escapar. Se refleja la televisión en sus pupilas, completamente en mute porque el reloj marca las 2:00 am y las paredes son tan finas como el papel.
Volvés a la mesa pero ya no queda casi nada, le servís lo último en su plato y te hacés un omelette. El olor queda toda la noche porque si abrís la ventana se mojan los libros.
Dormida, él se te une con un abrazo a la fuerza porque la cama es de una plaza. No hay espacio para no quererse hasta que suena el despertador y hoy te veo con otro vestido. Casi tan lindo como el de ayer.
Me saludás con un beso a la distancia pero huelo tu perfume como si yo fuera quien te abrazó toda la noche.
Como si te hubiera esperado con la cena caliente servida por igual en ambos platos. Como si te hubiera secado los pies con mi toalla mientras me regalabas una sonrisa tímida para abrazarte a propósito toda la noche. Toda la noche.






lunes, 6 de octubre de 2014

El amor


El otro día charlaba con un amigo en la puerta del mercado.
Sentados en la calle tomando un jugo de esos que te llenan el alma y mirando cómo los autos pasaban mientras las nubes de sábado nublado les seguían el paso.
Y hablábamos del amor. De ese maldito demonio que comparte su accionar con los ángeles.
Que te puede partir al medio o unirte a otro para nunca volver a ser entero sin la otra mitad.
Hablábamos de esa capacidad que tiene el amor para hacerte sentir aquello imposible de explicar con ciencia. Como cuando tu mitad te deja y pareciera que una tonelada de piedras hicieran fuerza sobre tu pecho. Quitándote el aire, exprimiéndote las lagrimas de tus ojos a la fuerza.
O como cuando te devuelve la sonrisa, y pareciera que todo al rededor se vuelve borroso. Como esos filtros de fotografía. La vie en rose, verdaderamente.
En el fondo del vaso restos de limón y manzana, queriendo formar una cara que no existe. Una cara que me pueda lanzar esa tonelada de piedras o la brisa borrosa de la vida en rosa.
Fin del jugo. Fin del día. Se termina de nublar y nos fuimos, con ese agridulce que te queda cuando hablas de amor con amigos y te ponés a recordar.

martes, 9 de septiembre de 2014

Café

Mi nariz se asoma al borde de cerámica. Humeante, caliente. Me reflejo en el espejo negro del amargo café de la mañana.
Solo alcanzo a ver mis pestañas deformarse en la superficie que baila.
Me refugio con los labios en el sabor hiperactivo que enciende mis neuronas. Con la mirada perdida entre las burbujas que amagan figuras. Nubes en el cielo que mueren en mi lengua dejando tintes ácidos al final.
Veo el fondo de la taza y en ella recuerdo las pesadillas de mi noche anterior. Y tu rostro esquivando mi mirada.
Otro sorbo oscuro mientras respiro hondo y me pregunto porque me cuesta tanto dejar de pensarte.
Ya me veo. Monocromática en el azul francia de la taza y con ella va el último resto de café. Ojala te fueras con el.


viernes, 22 de agosto de 2014

El sentido de la música. Intento n°1

**Hola! Para disfrutar más este post y sentir un poco más lo que yo cuando lo escribi por favor leerlo con esta música de fondo --> https://www.youtube.com/watch?v=V60USaluxGA 


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La magia que tiene la música es difícil de explicar. Todos los días escucho, canto, toco música.
Y llega un momento en el que el sentido se difumina un poco, se pierde. Entonces me veo parada en el medio de todas esas notas y canciones, y me pregunto para que están ahí.
¿Por qué me hace tan bien? ¿Por qué nos hace tan bien?
No dura mucho esa confusión porque uno no puede alejarse mucho de lo que ama, por más que quiera, es como si estuviera atada a ella. Tal para cual.
Unos segundos después vuelve a mi la confianza y la razón de porque elijo la música.
Es como una llave.
Cada pieza, cada cancion, melodia o arreglo es una pequeña llave que corresponde a una sensación. A un recuerdo, un momento de la vida. Y entonces cuando te encontras con esa llave es imposible evitar que gire desatando en tu interior una infinidad de sentimientos.
Esa magia, que sigue siendo tan dificil de explicar.
Nada mas ni nada menos. La musica es la llave de todo lo que tu alma pueda sentir. Algunos saben usarla, otros aun no la descubrieron.
Pero es algo de lo que no se puede escapar. Yo no puedo ni quiero escaparle, y más aún cuando es tan evidente que me hierve la sangre al vivirla.
Me hierve la sangre y me llueven los ojos. No hay nadie ni nada más en el mundo que esa música y yo.
De pie porque ella me sostiene, hasta que me deja caer a la realidad y todo vuelve a ser normal. No importa volver, hasta es reconfortante porque se que no es la ultima vez que me sostendrá.
Y ese, ese es el sentido de la música. Que te sostenga y la disfrutes.
Que sea tu pilar, tu camino, tu canal para crecer y sentir todo aquello que quieras y puedas o no imaginar.

La magia que tiene la música... esa que es tan dificil de explicar.

lunes, 9 de junio de 2014

Hilo

Me gustaría trazar una delgada linea entre tus ojos. Una linea invisible que se filtre entre tus ideas, de la vuelta y regrese a mis manos. Que me cuente tus pensamientos, tus deseos. Aquello inconsciente que ni siquiera vos sabes que está.
Un hilo del que podria jalar poco a poco sin que sientas que te estoy arrebatando tus secretos.
Casi tan fino como un cabello de incognito que espia tus pensamientos y los lanza al exterior. A la realidad atolondrada que me encuentra quieta esperando, y tirando del hilo un poquito mas a cada segundo que escapa.




jueves, 29 de mayo de 2014

Ingenua

Que lindo sentirse libre. Dejar, empezar, cambiar, transformarse y mientras tanto ser feliz.
No exageremos y tampoco quitemos importancia a esa sensación tan bella que nace en nuestro centro cuando tomamos una decisión por nosotros mismos. ¿Hay algo mejor que ser el autor de nuestro propio camino?
De ir dibujando con una fina pluma, frágil, los pasos que aún no dimos y los sueños que aún no gestamos ni en lo más profundo del inconsciente.
Siempre vamos a ser prisioneros de algo más. Algo superior. Y si te pones a filosofar y bailar en conceptos entonces el capitalismo y la sociedad pueden estar tomándote los brazos con cadenas eternas.

Pero no. Hoy quiero ir más por lo simple y sonreír, quizás ingenuamente, afirmando que soy libre a través de la música y de todo lo que ella me permite ser y hacer.
No nos olvidemos que el primer paso para hacer es creer. Por eso cuando se pierde la fé, no hay más nada que pueda movernos los pies anclados a la tierra.